En la implantación, el papel fundamental será el de la progesterona. Se encarga de preparar el útero para la fecundación del óvulo y la llegada del embrión, para que este pueda implantar y comenzar a desarrollarse. La progesterona irá incrementándose a lo largo de todo el embarazo, inicialmente es producida por el cuerpo lúteo (el folículo ovulado del ovario) y a partir de las 8-12 semanas ya es trabajo de la placenta producir la progesterona. Los estrógenos, a su vez, ayudaran al útero a estar preparado para el momento de la fecundación, junto a la progesterona, ayudan a metabolizar las grasas, a mantener el colesterol en niveles saludables, a distribuir correctamente la grasa corporal de la mujer, a proteger los huesos y a estimular la libido. Por otro lado, los estrógenos son los responsables de preparar el tejido mamario para la lactancia, son fundamentales para el desarrollo de determinados órganos del feto y favorecen el buen desarrollo y mantenimiento de la placenta, entre otras funciones.